Afán duradero

AFÁN DURADERO

Arriesgado en ocasiones

fuiste, de afán duradero,

que disfrutó mil opciones,

espíritu aventurero.

Para ti, con tanto brío,

por tu cabalgar ligero,

no se hizo este mundo austero,

al pensarlo  me sonrío.

Eres viajero incesante,

el pensamiento es la llama,

y esta se enciende al instante,

algo muy dentro te llama.

Tu sentir te dijo: entiende,

que la vida es un sendero,

 hay que andarlo con esmero,

del vivir siempre, se aprende.

Un torrente humano

UN TORRENTE HUMANO

Se tardan las respuestas, cuando en vano,

sigues luchando, aunque en seguida no se pueda,

pasas y miras, un torrente humano,

donde aspiras a ser, y lejos queda.

Vidas queriendo, atravesar senderos,

como ganado trashumante, van pasando,

siempre habrá últimos, también primeros,

aunque en llegar, se fueran esforzando.

Todo es sudor y lágrima, excedente

de una loca carrera, y desespera,

volviendo a caminar, seguir valiente,

teniendo voluntad, quedarse afuera.

Las hojas caen del árbol, él lo siente,

así en el hombre, muda piel y aflora,

en cada etapa otro perfil, consciente

de que cada estación, marca su hora.

Vierte temprano tu sentir, y llora,

que nada se le escape a tu sentido,

en esa huella, de un vivir ahora,

lo primero es estar fortalecido.

Es hora de templanza

ES HORA DE TEMPLANZA

Intensa conexión de los sentidos,

dormido el Sol, cercana ya la aurora,

bajo el influjo ardiente, en sus latidos,

se funde el corazón, en esa hora.

Esta es la libertad, que nos rodea,

cuando no hay nada, que interrumpa

el sueño, dejando de evadir alguna culpa,

hay mucho más de amor, que de pelea.

Aunque es de noche, despierta la estrella,

que enfoca resplandor, y deja estela,

en esa altura, donde el alma escala,

es hora de templanza, y de cautela.

Sin tener que llamarla, llega, espera,

que cante y vibre el corazón, ¡despierto

siente el silencio, escucha su concierto,

deja que el día, en sus afanes muera!

El corazón aguarda

EL CORAZÓN AGUARDA

Con forma inacabada,

se desplazan, algunos sentimientos,

tiene la vida atada, consternada,

el miedo a superar, duros momentos.

El corazón que cauteriza, aguarda,

revivir y emerger,

y en esa posición, se tarda,

volviendo a padecer.

Valor para explorar un comenzar,

busca y no encuentra,

al soñador aquel, el que lo inspira,

y supera el temor a rescatar.

Revístete de luz, de firmamento,

ofrece al corazón, su nueva historia,

activa ese camino, y toma aliento,

aparta del pesar, a la memoria.

Apreciar el instante

APRECIAR EL INSTANTE

Dejar de ser y estar, ¡cuánto le cuesta,

vivir y superarse, al pensamiento!

En carne viva está,

humeante y siento.

Es la única verdad,

 que ha trascendido,

El tiempo tiene que pasar,

sobre el presente, y lo vivido.

Aquello que se dio, como perdido,

únicamente al corazón, le llora,

y mientras, a su ritmo lo valora,

queriendo simular, que halló el olvido.

Por ello hay que aprender, ese sentido,

que lleva cada cosa, en el instante,

sentir que no estará, más adelante,

sabiendo que así, habrá permanecido.

Alarga su compás

ALARGA SU COMPÁS

Quererse, es verbo reflexivo,

¡quiérete más!

que aunque es imperativo,

alarga su compás.

Sólo entregar,

no es nada positivo,

sin percibir, el dar,

se torna posesivo.

Tras ese tul,

que envuelve la franqueza,

existe un tono azul,

donde el amar, revierte en su belleza.

Quien no se supo amar,

se volvió hiriente,

¿dónde beber, saciar,

si se secó la fuente?

Mística de un vivir

MÍSTICA DE UN VIVIR

Eterna llaga y sinsabor, matar

el tiempo, sin haberlo honrado,

Todo lo que no esfuerza, desgastado

se pierde, en el camino a su pesar.

Mística de un vivir desamparado,

donde tan solo invitan a rezar,

¿de qué sirvió el granero, tan holgado,

¿si no se hubo logrado, aprovechar?

El viento enloquecido, es un tornado,

no se detiene, al paso en su razón,

desolación de un mundo, consternado,

pidiendo únicamente, salvación.

Han hecho cuestas, largas vidas,

para seguir camino, hacia el Seol,

y cuando sales a luchar, te quemas,

son ulceras de heridas, bajo el Sol.

Si perteneces al Legado, vas

y sobrevives, sin doblegarte a esta sumisión,

¡qué es tentación, no hay más,

en esta Escuela “Sabia”, de invasión!

Por instinto

POR INSTINTO

Fui contemplando, en su raíz al tiempo,

Y descubrí, lo lóbrego y mezquino,

de aquella parte, cuando ya el camino,

se vuelve estrecho, y aprisiona el cuerpo.

Aunque sin más, sea inercia este presente,

se plasma en experiencia, y es distinto,

un Capitán conoce, la corriente,

cómo salvar su nave, por instinto.

Tenaz lucha, es la supervivencia,

agotado el recurso, ante la espera,

declinadas las fuerzas, la paciencia,

el ser humano se hunde, aunque no quiera.

Y todavía en pie, pero penando,

la Tierra se nos muestra, agradecida,

el ser humano, está saboreando,

lo que le queda, aún desprotegida.