UNA LUCHA CONSTANTE
Se afana el hombre, en ocultar secretos,
Producto, de sus actos indiscretos,
En cierta forma, sujetar los miedos,
no es valentía, hay que vencerlos.
Tanto pensar, y terminar dispuestos,
a repetir la historia, sin aciertos,
codicia y vanidad, son manifiestos,
a escala de valores, poco honestos.
Tiembla el espíritu, envuelto en decadencia,
¿por qué ha pasado a ser, en su elemento,
más importante, alzarse sin conciencia,
que devolverle, al corazón su aliento?
Se somete a razones, que no han sido,
sino una depresión, en vida esclava,
poseer la libertad, sin el sentido,
de tener que avanzar, con tanta traba.
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